La adolescencia es un fenómeno bio-psico-sociológico del desarrollo y crecimiento de todas las personas.
La adolescencia es un fenómeno bio-psico-sociológico del desarrollo y crecimiento de todas las personas. Hace unos años era considerada como “la edad del pavo” y venía a describir el momento que señala el final de la niñez y preanuncia la edad adulta. Se trata de una transición a todos los niveles:
Desacuerdos en cuanto a la exigencia, los castigos, la importancia de determinadas tareas y responsabilidades a asumir por los hijos e hijas adolescentes, son aprovechados por los y las jóvenes para salirse por la tangente haciendo caso omiso a unos y otros logrando desesperar a ambos progenitores.
Se trata de algo obvio, pero recordemos que la educación empieza con el nacimiento del niño o de la niña, y que en la adolescencia se recogen muchas veces los frutos de lo realizado, sobre todo en cuanto a cantidad, en la infancia. Como dice el misionero Jon Sobrino “todo lo bueno empieza desde abajo”
El ejemplo puede sonar a exagerado pero podemos decir que “llevamos
la televisión a arreglar cuando se estropea y no cuando funciona bien”, Hagamos algo similar con nuestros hijos e hijas: cuando las cosas con ellos funcionan de manera relativamente satisfactoria, sigamos haciendo lo mismo. Cuando NO funciona hay que buscar soluciones a tiempo.. A veces esperamos que las cosas mejoren rápidamente y no dejamos espacio a que puedan ocurrir.
Bueno, pues, no desesperemos, cojamos aire y sigamos hablando, manteniendo la comunicación con nuestros hijos e hijas, y a ser posible en un tono y volumen que no preocupe en exceso a nuestros vecinos.
Recordemos que motor y motivación tienen la misma raíz etimológica, que vienen del mismo sitio. La motivación es el motor para ponernos en
marcha, y es un incitador para llevar a cabo retos, esfuerzos, actividades…, como estudiar, hacer deporte o encargarse de alguna de las tareas del hogar. De hecho, estar motivado significa “tener ganas de hacer algo” El elogio, el halago, favorece la motivación de los y las adolescentes para que mantengan el esfuerzo durante periodos de tiempo más largos.
Toda generalización es un camino a la injusticia, y con cierta frecuencia algunos padres y madres tienden, ¿tendemos?, a decir lo que queremos decir “en negativo”, buscando el remover la conciencia, picar el orgullo de nuestro hijo o hija para que haga lo contrario a lo que le decimos,logrando que haga lo que en realidad queremos… pero recuerden que se cazan más moscas con una cucharada de miel que con un barril de vinagre.
Educar hijos e hijas exige optimismo. En ocasiones ocurren situaciones que desbordan a los padres y madres. Tenemos la sensación de que es muy difícil. En realidad nos gusta pensar lo contrario, ya hemos dicho que educar no nos parece difícil pero si tremendamente cansado. Normalmente con cariño, escucha, unas dosis de paciencia y tiempo suele ser suficiente.