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Si tienes dificultades en la relación con tu pareja te puede interesar conocer qué es y como funciona la terapia de pareja.
Hay muchas orientaciones teóricas en la terapia de pareja pero la que puedes leer a continuación esta basada en el enfoque conductual y en el aprendizaje social. Esta orientación ha mostrado ser muy eficaz para el tratamiento de los conflictos de pareja y tiene una muy extensa investigación que así lo demuestra.

La terapia de pareja es un trabajo conjunto entre las partes que pretende fundamentalmente:

  • Mejorar  la reciprocidad entre los miembros de la pareja. Establecer un equilibrio afectivo, de responsabilidades y de compromisos…
  • Aumentar el número y la calidad de los comportamientos agradables que se proporcionan a la pareja, desde una perspectiva basada en el respeto a las diferencias…
  • Ser más consciente de los comportamientos agradables que se reciben de la pareja. Mejorar el nivel de autoconciencia y rebajar el nivel de critica dirigida al otro.
  • Aumentar las habilidades de comunicación verbales y no verbales
  • Mejorar la escucha activa y la empatía…
  • Saber llegar a pactos y acuerdos consensuados. Adquirir habilidades de negociación de conflictos y aprender a ponerlas en marcha….
  • Programar actividades de tiempo libre agradables, consensuadas y sanas….

Podemos entender  por ajuste marital a la información subjetiva de los miembros de la pareja respecto al hecho de  compartir intereses, valores, objetivos y puntos de vista y a las vivencias expresadas sobre el estado de la relación. Se han circunscrito cuatro áreas que inciden en el ajuste marital (Spanier, 1976):

Consenso:

Se relaciona con el grado de acuerdo en la pareja respecto a temas relevantes para ésta (manejo de las finanzas, relación con familia de origen, esparcimiento, etc.).

Cohesión:

Indica el grado en que la pareja se involucra en actividades en común.

Satisfacción:

Hace referencia al grado de satisfacción de la pareja en el momento presente, y su grado de compromiso a permanecer en la relación.

Expresión de afecto:

Se relaciona con el grado en que la pareja está satisfecha con la expresión de afecto dentro de la relación y con la satisfacción en las relaciones sexuales.

Características de las parejas sanas

Espacio para crecer, para expandirse, deseo que el otro crezca sin miedo a que el crecimiento pueda desestabilizar la relación de pareja

Intereses separados, amistades diferentes, mantienen (cada miembro de la pareja) otras relaciones significativas. Eso no supone una falla a la autoestima de ninguno de los dos.

Facilitar, no limitar, no impedir, la expansión al otro, seguridad en la propia valía (no depende del criterio del otro).

Actitud abierta, sin miedo a la evaluación negativa del otro debido a la posible discrepancia de criterios.

Mantenimiento de la integridad mutua. Las necesidades no tienen porque ser las mismas. Pueden ser diferentes.Y eso no genera dudas, incertidumbre ni miedo.

Disposición a arriesgarse a mostrarse como uno es en realidad. Es aceptarse a uno mismo como medio para respetarse y permitir que tu pareja pueda saber de verdad cómo eres, incluso corriendo el riesgo de no gustarle.

Hay espacio para explorar los sentimientos de la relación (de forma constructiva, no mediante ataques unilaterales o mutuos) Se está preparado/a para entender las emociones y experiencias de la vida de la otra persona, encajarlas y aceptarlas.

Capacidad de disfrutar del hecho de estar a solas. La necesidad de intimidad no es distancia. La soledad es contacto intimo con uno mismo. Eso no excluye ni afecta a la pareja en negativo. Nos ayuda en los procesos reflexivos e introspectivos.

Características de las parejas NO sanas

Sistema de relación dependiente, basado en la búsqueda de seguridad y en la comodidad, se sirve de la necesidad y de la presunción como prueba de amor.

Involucramiento total, vida social limitada, descuido de otras relaciones significativas. Abandono de los amigos e intereses anteriores (a la formación de la pareja).

Preocupación por la conducta del otro. La propia valía y la autoestima dependen de la aprobación del otro.  Fundamentalmente centrada en la conducta del otro/a.

Celos, aptitud posesiva, miedo, competencia, “genera/búsqueda de protección”.

Las necesidades se entrelazan y se hacen mutuamente dependientes. Las del uno se convierten en las del otro. Aunque no sea sano se acepta como propio de la pareja como muestra de compromiso y condiciona el desarrollo de la individualidad al provocar que ambos crean que deben tener las mismas necesidades.

Es el esfuerzo por mostrar lo mejor de tí, que no deja salir todo tú YO por miedo a que a la pareja no le guste, no lo valore, no le “cuadre”  eso pueda poner en peligro la relación de modo que se busca una situación “perfecta” y se pretende la eliminación de los riesgos posibles, mostrando ser la persona que tu pareja espera que seas.

Hay poca capacidad para la comprensión de las emociones del otro. Las emociones que no se tienen, no se entienden y eso supone en muchas ocasiones la imposibilidad de la empatía. La reafirmación  de la pareja se obtiene a través de la actividad repetitiva y ritualizada.

Intolerancia, incapacidad para soportar las separaciones (incluso durante los conflictos), apego todavía más estrecho. Síndrome de abstinencia ante la no presencia de la otra persona: pérdida de apetito (en ocasiones), agitación, letargo, agonía, desorientación, perdida se sentido y dependencia. La intimidad de un miembro de la pareja genera estrés en el otro miembro.