Que la terminología no nos confunda...
La revisión bibliográfica plantea importantes controversias con respecto a la terminología utilizada; las definiciones de violenciade género son múltiples y variadas en función de diversos criterios y autores. Así encontramos que al hacer referencia a la violencia de género se utilizan denominaciones distintas que no aluden exactamente a lo mismo, hecho que muchas veces puede llevar a confusión (Rincón, 2003). Y en un campo como la evaluación forense de la violencia de género, los y las profesionales deben tener claro qué es y qué no es violencia de género, así como sus manifestaciones y consecuencias en las víctimas.
Violencia conyugal
Según Echeburúa, “las agresiones físicas, psíquicas, sexuales o de otra índole, llevadas a cabo reiteradamente por parte del cónyuge que causa daño físico y/o psíquico y vulneran la libertad de otra persona” (Echeburúa y Corral, 1998). En un inicio, el término “conyugal” sólo era aplicable a una relación matrimonial, pero hoy en día abarca la extensión de todas las parejas posibles (relaciones de noviazgo, convivencia, matrimonio e incluso ex parejas, independientemente de que se trate de parejas heterosexuales u homosexuales) (Rincón, 2003).
Violencia en la pareja
Equiparado en la literatura a “violencia doméstica” y a “violencia conyugal”, se refiere a aquellas agresiones físicas y/o psicológicas y/o sexuales, que se producen dentro del ámbito privado de forma habitual, entre la persona que agrede y la persona agredida, las cuales mantienen una relación de pareja; entendiendo como “pareja”, de acuerdo con las interpretaciones más comunes del actual código penal, a los maridos o exmaridos, los compañeros o excompañeros y los novios o exnovios. (Echeburúa et al., 1998). Al igual que en el caso de la violencia doméstica se hace extensible a todas las modalidades de parejas posibles.
Violencia familiar
Por violencia familiar se entiende el maltrato o violencia que se da entre miembros de una misma familia y por tanto engloba todas las modalidadesde maltrato susceptible de presentarse entre todos los integrantes de la unidad familiar (violencia conyugal, la violencia entre hermanos, el maltrato infantil, la violencia filoparental y el maltrato a ancianos) (Sepúlveda, 2005). Por tanto, no toda la violencia intrafamiliar es violencia de género: a) la violencia de género puede tener lugar tanto dentro como al margen de las relaciones familiares y b) no todas las formas de violencia intrafamiliar encuentran su explicación en las diferencias, relaciones e identidades de género (Sepúlveda, 2005).
Violencia doméstica
Al utilizar el término “doméstico” se alude, literalmente, al maltrato o violencia que se da entre personas que comparten un domicilio o morada, tengan o no relación de parentesco. En el ámbito jurídico surge este término como una manera de ampliar la definición que se hacía con el adjetivo familiar, al permitir incluir en él todos los casos de violencia entre personas que cohabitan en una morada, sin que tenga que existir una relación de parentesco entre ellos (Rincón, 2003).
Violencia de género
Este término hace referencia a la violencia específica cometida contra las mujeres, utilizada como instrumento para mantener la discriminación, la desigualdad y las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Este concepto comprende la violencia física, psicológica y sexual, incluyendo las amenazas, las coacciones y la privación arbitraria de libertad, que tienen lugar a nivel privado o público, por el motivo de ser mujer, el cual se constituye en el principal factor de riesgo (Instituto Andaluz de la Mujer, 2006).
La pregunta que se repite de manera constante tanto en espacios ciudadanos como entre los profesionales de la salud y otras disciplinas es: “¿Qué lleva a una persona a volver con aquella que la maltrata?”. La intervención psicoterapéutica precisa conocer cuáles son los factores relevantes de la permanencia en la convivencia con maltrato y entre los investigadores e investigadoras suscita un interés notable descubrir las razones que sostienen la permanencia en convivencia de una víctima con su maltratador o el retorno tras el abandono.
Características de las personas dependientes en una relación.
1.) Necesidad excesiva del otro, deseo de acceso constante hacia él/ella.
2.) Deseos de exclusividad en la relación de pareja.
3.) Prioridad de la pareja sobre cualquier cosa.
4.) Idealización del otro y de la relación en si misma.
5.) Relaciones basadas en la sumisión y subordinación.
6.) Historia de relaciones de pareja desequilibradas, problemáticas o difíciles.
7.) Miedo a la ruptura o “ansiedad de separación”, miedo al vacío post-ruptura.
8.) Asimilación del sistema de creencias de la pareja y pérdida de las ideas propias.